Muchas veces el arraigo de ciertas
costumbres “de antaño” en las ciudades hacen que cuando te las encuentras y
participes en las mismas te sientas en un contexto temporal cambiado y aprecies
matices cotidianos perdidos en la inmensa mayoría de las urbes posmodernas.
Desde la antigüedad griega, conocida por
todos, pasando por la invasión turca hasta nuestros días, la cultura griega se
ha ido enriqueciendo. Sus monumentos y
el centro histórico han sufrido un sinfín de alteraciones y saqueamientos pero
la cultura gastronómica es algo que difícilmente se puede robar, pasando en
forma de costumbres de generación en generación a lo largo de la historia.
Un claro ejemplo de ello es la Laikí Agora, fenómeno conocido en España como
el mercadillo de fruta y verdura al aire libre. En Atenas, cada día de la
semana en diferentes zonas de la ciudad se sitúan, desde primera hora de la
mañana hasta las 15h. aproximadamente, espléndidos mercadillos ambulantes de
fruta, verdura, plantas, pescado, huevos y artículos de higiene .
Se trata de toda una institución que
conocen los inquilinos de cada barrio y de la que hacen uso por la gran
frescura y variedad de sus productos a precios muy asequibles. Toda ama de casa
o habitante bien informado que se precie sabe que en la Laikí se encuentran los productos de temporada más adecuados para la
elaboración de cotidianos y más complejos platos así como las frutas más lustrosas y
deliciosas procedentes de las zonas más afamadas del país. Colorados tomates y
pepinos de Creta, patatas de Nevrokópi, manzanas de Náusa,
naranjas de Arta, aceitunas de Kalamáta… Una lista sinfín que merece la pena conocer para
apreciar la cocina helena y de la que, desafortunadamente, no se hace publicidad
al extranjero.
Además el contacto directo con el tendero
y la gente que va y viene te crea una sensación de familiaridad muy especial, muy
de barrio de toda la vida a pesar de estar en el extranjero.
En mi barrio la Laikí se emplaza en una calle llamada Kalidromiou (calle
bonita) que sube hacia el monte Licabeto gozando de unas vistas preciosas y sol por la
mañana. Es una de las más famosas de la ciudad y tiene lugar todos los sábados.
Cuando hace sol es un espectáculo de colores que merece la pena disfrutar
haciendo las compras de la semana y yendo después a tomar un café o aperitivo
en una de las varias terrazas de la calle.
Y, para terminar, apunto una receta para
esos días que antes de bajar a la compra hay que diseñar una comida con los
escasos ingredientes disponibles al final de la semana. Procede de la isla de Sifnos
y es una delicia.
REBYTHADA
SIFNOU. “Garbanzada” de Sifno
Ingredientes:
500gr. de garbanzos
Medio vaso de aceite
1 cebolla grande
Agua
Sal
Limón y pimienta para la hora de servir
Procedimiento
Dejar en remojo los garbanzos en agua
desde la noche anterior.
Al
día siguiente escurrir y añadir en la cacerola junto con el aceite, la cebolla
finamente picada y sal.
Cubrir con agua hasta un centímetro por
encima de los garbanzos cocinar a fuego bajo-medio con la cacerola tapada
durante tres horas.
Servir con pimienta molida y zumo de
limón
Tips
Se puede añadir a la mezcla una cucharada
de harina para que espese la salsa aunque no es estrictamente necesario.
A mí me gusta añadir una hoja o dos de
laurel, aunque en la receta original no lo ponen. Da aroma extra.
Es muy interesante como a partir de tan
pocos ingredientes se consigue un plato sencillo y muy nutritivo. Se puede
acompañar de embutidos y queso de cabra así como de un buen pan de pueblo.
En la olla a presión yo lo cocino durante
hora y media o dos hasta asegurarme de que la cebolla ha caramelizado con el
aceite y el agua y le doy un último hervor sin la tapa para que ligue bien la
salsa con la legumbre.
Puesto de flores
Varias flores
Por la "laiki" con el caro de la compra!
Naranjas y mandarinas!
Las famosas patatas de Nevrokopi!
Y ya con las compras!