sábado, 15 de septiembre de 2012

LAS ISLAS GRIEGAS


A pesar de que cueste darse cuenta, Grecia es un país cuyo territorio se configura mayoritariamente de islas dispersas en el mar Mediterráneo. Este hecho lo dota de una gran riqueza de productos autóctonos de cada una de ellas así como de un marco incomparable en el que pasar el periodo vacacional.

De las aproximadamente 6000 islas e islotes que se encuentran en territorio griego, solamente 127 están habitadas. Y de éstas sólo 79 tienen más de 100 habitantes. Así pues, son un paisaje paradisíaco donde todavía uno puede ir a perderse literalmente.

Hay muchos griegos que tienen su segunda casa en su isla favorita o bien en su isla de procedencia. También los hay que fijan su meta estival cada año en una isla diferente y se informan detalladamente de lo que ofrece cada isla para su disfrute particular.

Yo hasta el momento he ido a unas diez islas, por lo que todavía tengo innumerables posibilidades vacacionales. La más cercana que he visitado es Égina, que está a una hora aproximadamente del puerto del Pireo y la más lejana la he visitado este verano y se trata de la isla de Pátmos, a ocho horas de barco desde el Pireo.

Además de destino vacacional, da al país numerosísimos puestos de trabajo temporal. Es muy típico que los jóvenes griegos dediquen algún verano a ir a una isla a trabajar. Incluso yo lo hice el año pasado aunque es realmente cansado porque se trabaja a diario muchas horas. Pero se vaya de vacaciones o a trabajar, las islas griegas tienen una energía muy especial y capacidad para aislarte completamente de la rutina y la realidad del resto del año.

En general, si bien unas son diferentes a las otras, en todas hay un pequeño centro ciudad, el “Hora” que se halla en un punto alto de la isla y que suele tener las mejores vistas y donde se concentra la zona de marcha. En Pátmos, por ejemplo, tiene un monasterio dedicado a San Juan ya que fue en esta isla donde escribió el Apocalipsis. También tiene varias casitas y hoteles de estética muy cuidada y patios interiores llenos de vegetación.

Otra de las zonas comerciales y turísticas es la del puerto. En Pátmos se llama “Skala” y si bien la arquitectura no es tan exquisita como en el “Hora”, concentra comercios, tabernas y supermercados que abastecen al turismo y a los habitantes de la isla.

Lo último y quizá más representativo con lo que cuentan todas las islas Griegas son las playas. Hay playas de todos los tamaños y para todos los gustos y lo mejor es que el agua está cristalina. En el caso de Pátmos, si bien no se caracteriza por tener las mejores playas ya que la mayor parte son de cantos rodados, el agua está tan fría como en Galicia y tan limpia que ¡puedes ver la sombra de tu cuerpo en el fondo del mar!  

Otra de las actividades más interesantes que se pueden hacer en las islas es el senderismo. Con buen abastecimiento de agua y ropa y gorros adecuados al sol, se pueden recorrer caminos de paisaje y olor increíble donde recoger orégano, tomillo y romero y admirar el paisaje y fauna de la isla. En Pátmos por ejemplo, es frecuente encontrar rebaños de cabras e infinidad de higueras con higos maduros.

En algunas islas también se ofrecen excursiones en barco a islotes cercanos y playas a las que no se puede acceder nada más que en barco.

Y todas estas actividades acompañadas de la mejor gastronomía local, pescado, pulpo, dulces y guisos de carne con que reponer toda la energía perdida con el viento, el sol y el agua.

Lo peor, sin lugar a dudas, de esta experiencia es cuando se acaba el cuento y hay que volver a coger el barco de regreso. Todos los griegos coinciden en el sentimiento alegre que les provoca ver el puerto del Pireo a la hora de coger el barco hacia la isla de vacaciones así como el de nostalgia a la hora de volver. Y realmente puedo decir por experiencia propia que es un cúmulo extraño de sentimientos el que te aborda a la vuelta; cansancio, sobreestímulo de imágenes de playa y paisajes, recuerdos de personas, noches, comidas… Y sobre todo impotencia ante la incertidumbre de cuándo y cómo volverá a suceder algo así.

Lo bueno, por otro lado, es el reencuentro con amigos en Atenas y las reuniones en las que cada uno cuenta sus vacaciones y te da ideas sobre qué isla puedes visitar el verano siguiente… Y también los obsequios que te traen de las vacaciones.

Este año, una buena amiga mía me ha traído de la isla de Limnos un maravilloso dulce “baklavas” relleno de sésamo (propio de ésta isla) y una pasta al huevo artesanal premiada y con receta incluida que traduzco a continuación para todo el que tenga ganas de evocar el verano griego. Hasta la próxima.



“Flomaria de Limnos” (pasta tradicional corta) con calabacín y queso fresco “anthotiro”

 Ingredientes para 3-4 raciones:

400 gr. pasta

200 gr. queso fresco “anthotiro”

1 calabacín grande o dos pequeños cortados en finas lonchas

5 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra

1 diente de ajo

1 taza de eneldo fresco picado

Sal y pimienta negra

Preparación:

Cocer la pasta en abundante agua con sal. Escurrir e introducir de nuevo en la cacerola.

Añadir el aceite de oliva, el queso fresco, el ajo picado y el calabacín y remover muy bien.

Servir en una fuente grande y echar por encima el eneldo y la pimienta recién molida.

Tips:

El anthotiro es un queso fresco de oveja típico de grecia. En su lugar se puede añadir cualquier queso fresco tipo Burgos o incluso fresco de cabra si se desea un sabor más fuerte.

Cocer la pasta dos minutos menos de lo que dice el envase de forma que al removerla con el resto de los ingredientes no quede reblandecida sino “al dente”.
 
Y aquí va un poco de sabor de la incomparable belleza de las islas griegas!











 
 

domingo, 27 de mayo de 2012

LA PASCUA ORTODOXA EN GRECIA



Como todos sabemos, la religión oficial en Grecia es la cristiana ortodoxa. Ello hace que, gracias a su gran arraigo aquí, la Pascua tenga mucho más peso y tradición que la Navidad. Tiene lugar una semana más tarde que la Pascua católica y está rodeada de un sinfín de tradiciones que abarcan tanto el ámbito religioso como el social.

De éste último es del que voy a tratar de hacer un resumen de mis impresiones.
Al igual que los católicos, cuarenta días antes de Pascua comienza la cuaresma (sarakostí) cuyo inicio lo marca el jueves de “chicnopempti”. Ese día previo a los cuarenta días de ayuno de carne se reúnen los griegos con sus amigos y bien en casa o bien en restaurantes y tabernas toman su última cena a base de carne y más carne. Mucha carne. Hasta el punto de que Atenas huele ese día a brasas, parrillas, barbacoas y carne en general.

La cuaresma ortodoxa prohíbe, no solo la carne, sino huevos, lácteos y derivados lácteos durante cuarenta días. Por eso disponen en todos los restaurantes, tabernas y cadenas de comida rápida de alternativas vegetales, pescado, marisco y legumbres por las que se puede optar. Muchas personas ven la cuaresma como una etapa de desintoxicación física y espiritual, pero la mayor parte de los griegos no respetan ya la tradición con sus prohibiciones de una forma estricta, sobre todo las familias con niños y los jóvenes. Los más creyentes (un porcentaje bastante más elevado que en España pero minoritario) siguen a rajatabla la tradición y el jueves y viernes santo practican una escueta dieta sin aceite ni mantequillas a base de legumbres, pan seco y algo de pescado.

Desde el punto de vista gastronómico, es muy interesante observar la riqueza de recetas y alternativas a las tradicionales donde los griegos buscan equilibrio alimenticio evitando utilizar los productos “prohibidos”. Porque, aunque en el extranjero el tópico griego va inevitablemente asociado al queso feta, existe una extensa y desconocida gastronomía helena adecuada a cada época del año.
Al igual que en España se va de procesiones, en la noche del jueves y viernes santos también aquí se sacan unos pequeños pasos sin escenas religiosas reconocibles pero cargados de flores que se sacan igualmente por la ciudad y que regresan a la iglesia. Allí se exponen y la tradición invita a los fieles a coger un clavel del paso como símbolo de buena suerte y fe.

Pero es el “Gran Sábado” y Domingo de Resurrección cuando tienen lugar las tradiciones más arraigadas. El sábado por la noche se acude a la liturgia y a las doce de la noche  se espera en el patio de la iglesia al momento de la resurrección simbolizado por una vela que se enciende concediendo la santa luz a todos los fieles que, portando velas las encienden a partir de la del sacerdote.
Entonces, se van a sus casas y se toma el primer plato introductorio al banquete de carne del domingo que consiste en una sopa, llamada "maguiritsa" hecha a base de lechuga, espinaca, cebollino y los intestinos del cordero que se consume al día siguiente así como los huevos duros teñidos de rojo tradicionales de Pascua. Una costumbre muy curiosa antes de consumirlos es la siguiente: cada comensal escoge un huevo y lo choca con el de al lado. Al final, el que tiene el huevo más resistente se supone que tendrá buena suerte.

El gran día tiene lugar a partir de la mañana siguiente: el Domingo de Pascua. Se reúnen las familias y se suele tomar o bien el famoso cordero asado a la estaca o bien si no se dispone de espacio y utensilios lo hacen al horno. Otra alternativa es el cabrito al horno que a veces se rellena. La carne se acompaña de ensalada de lechuga y cebollino aromatizada con eneldo.
Y como dulces tradicionales hay galletitas y rosquillas que acompañan al café y un bollo tipo pan muy aromático llamado “churequi” que se adorna con huevos teñidos de rojo y cuyo sabor podría definir como una mezcla entre el roscón de reyes y el pan brioche.

Este año pues, yo llevé mi primer “churequi “casero a la celebración de Pascua que comimos como desayuno y merienda. También me permití el lujo de decorar un pequeño huevo rojo de avestruz que se conserva como amuleto desde este año al año siguiente.
Os muestro varias fotos.


elaboración del "chureki"

 el "chureki" !

 esperando la "maguiritsa" !


 huevo decorativo de Pascua


 huevo decorativo de Pascua 2 


el famoso cordero a la estaca !

lunes, 26 de marzo de 2012

LOS RECADOS DEL SÁBADO: la “LAIKÍ AGORA”




Muchas veces el arraigo de ciertas costumbres “de antaño” en las ciudades hacen que cuando te las encuentras y participes en las mismas te sientas en un contexto temporal cambiado y aprecies matices cotidianos perdidos en la inmensa mayoría de las urbes posmodernas.
Desde la antigüedad griega, conocida por todos, pasando por la invasión turca hasta nuestros días, la cultura griega se ha ido enriqueciendo.  Sus monumentos y el centro histórico han sufrido un sinfín de alteraciones y saqueamientos pero la cultura gastronómica es algo que difícilmente se puede robar, pasando en forma de costumbres de generación en generación a lo largo de la historia.

Un claro ejemplo de ello es la Laikí Agora, fenómeno conocido en España como el mercadillo de fruta y verdura al aire libre. En Atenas, cada día de la semana en diferentes zonas de la ciudad se sitúan, desde primera hora de la mañana hasta las 15h. aproximadamente, espléndidos mercadillos ambulantes de fruta, verdura, plantas, pescado, huevos y artículos de higiene .
Se trata de toda una institución que conocen los inquilinos de cada barrio y de la que hacen uso por la gran frescura y variedad de sus productos a precios muy asequibles. Toda ama de casa o habitante bien informado que se precie sabe que en la Laise encuentran los productos de temporada más adecuados para la elaboración de cotidianos y más complejos platos  así como las frutas más lustrosas y deliciosas procedentes de las zonas más afamadas del país. Colorados tomates y pepinos de Creta, patatas de Nevrokópi, manzanas de Náusa, naranjas de Arta, aceitunas de Kalamáta… Una lista  sinfín que merece la pena conocer para apreciar la cocina helena y de la que, desafortunadamente, no se hace publicidad al extranjero.

Además el contacto directo con el tendero y la gente que va y viene te crea una sensación de familiaridad muy especial, muy de barrio de toda la vida a pesar de estar en el extranjero.
En mi barrio la Laise emplaza en una calle llamada Kalidromiou (calle bonita) que sube hacia el monte Licabeto  gozando de unas vistas preciosas y sol por la mañana. Es una de las más famosas de la ciudad y tiene lugar todos los sábados. Cuando hace sol es un espectáculo de colores que merece la pena disfrutar haciendo las compras de la semana y yendo después a tomar un café o aperitivo en una de las varias terrazas de la calle.
Y, para terminar, apunto una receta para esos días que antes de bajar a la compra hay que diseñar una comida con los escasos ingredientes disponibles al final de la semana. Procede de la isla de Sifnos y es una delicia.


REBYTHADA SIFNOU. “Garbanzada” de Sifno
Ingredientes:
500gr. de garbanzos
Medio vaso de aceite
1 cebolla grande
Agua
Sal
Limón y pimienta para la hora de servir

Procedimiento
Dejar en remojo los garbanzos en agua desde la noche anterior.
 Al día siguiente escurrir y añadir en la cacerola junto con el aceite, la cebolla finamente picada y sal.
Cubrir con agua hasta un centímetro por encima de los garbanzos cocinar a fuego bajo-medio con la cacerola tapada durante tres horas.
Servir con pimienta molida y zumo de limón

Tips
Se puede añadir a la mezcla una cucharada de harina para que espese la salsa aunque no es estrictamente necesario.
A mí me gusta añadir una hoja o dos de laurel, aunque en la receta original no lo ponen. Da aroma extra.
Es muy interesante como a partir de tan pocos ingredientes se consigue un plato sencillo y muy nutritivo. Se puede acompañar de embutidos y queso de cabra así como de un buen pan de pueblo.
En la olla a presión yo lo cocino durante hora y media o dos hasta asegurarme de que la cebolla ha caramelizado con el aceite y el agua y le doy un último hervor sin la tapa para que ligue bien la salsa con la legumbre.


Puesto de flores
 
 Varias flores

 Por la "laiki" con el caro de la compra!

 Naranjas y mandarinas! 

 Las famosas patatas de Nevrokopi!

Y ya con las compras!


domingo, 4 de marzo de 2012

TEATRO


Grecia es la cuna del teatro y de la literatura en general. Esto es algo que aprendemos desde el colegio con Homero. Pero esta última temporada Atenas me lo recuerda día a día convertida en un escenario de diferentes episodios políticos, revueltas, manifestaciones… Un retablo de escenas de todo tipo y color: ejecutivos atareados atascados en las calles de una ciudad con huelga de transportes pitando a diestro y siniestro, personas de distinta raza y condición revolviendo y buscando en los cubos de basura, drogadictos y mendigos pidiendo en las paradas  de autobús inexistentes tras haber sido quemadas en los últimos episodios de violencia, locales vacíos de tiendas que cierran y cuyo escaparate lo domina un “se alquila”… Pero también cosas de índole menos triste: grupos de amigos tomando café y cerveza en las plazas, amables tenderos en panaderías y tiendas de la ciudad dispuestos a regalarte un panecillo de más cuando se acerca la hora del cierre, nuevos escaparates a la espera de la nueva primavera que se resiste por llegar…Época de cambio vertiginoso que es difícil de asimilar en la rutina del día a día.

Un dato muy interesante y desconocido para mucha gente es que Atenas es la capital europea con mayor densidad de teatros por kilómetro cuadrado. Y se trata de espacios elásticos de todo tipo y tamaño que acogen una muy amplia variedad dramática: desde las obras contemporáneas europeas traducidas y  adaptadas al griego hasta el teatro clásico griego como por ejemplo el mítico Edipo de Sófocles. Además, cuando un niño griego les diga a sus padres “quiero ser artista de mayor” será esta rama dramática la escogida en un noventa por ciento de los casos. 

El griego es además espectador de teatro, va al teatro y se siente orgulloso por ello. Yo he tenido la suerte de asistir a numerosas representaciones y, el pasado fin de semana sin ir más lejos fui a tres obras. La primera era una adaptación de una obra del autor catalán Esteve Soler llamada “Contra la Democracia” y se trataba de una serie de escenas que reflexionaban en torno al título. Perfectamente traducido al griego moderno, el joven equipo teatral que lo llevó a escena eligió una enorme boca roja comiéndose al Partenón como imagen del cartel…

La segunda obra que vi era una obra amateur de una joven en un pequeño teatro en Gasi, zona de marcha de Atenas que concentra bares, cafeterías y teatros en un paisaje industrial como testimonio de anterior condición de suburbio. Desde que llega el metro allí (estación de Keramikós) todos los fines de semana se llena de gente joven por las noches.

El domingo asistí a un teatro contemporáneo de autor griego asimismo interpretado por actores conocidos en un teatro precioso llamado Teatro del Arte (“Tejnis”) que está en un pasadizo (“stoá”) que concentra eventos literarios, cafeterías y librerías llamado pasadizo del libro(“stoá tou Bibliou”). Está en pleno centro urbano y conecta la calle Panepistimíu con Stadíu. A pesar de las manifestaciones convocadas para dicho día, el teatro estaba lleno, lo cual me provocó un gran alivio al pensar que la cultura permanece y no todo los griegos están dispuestos a destruir el patrimonio cultural del centro de su capital con la excusa de la lucha contra la Crisis.
Teatro Tejnis - escenario


Teatro Tejnis - el final



 Teatro Tejnis - "foyer"



Teatro Tejnis - Entrada


Teatro Tejnis - Entrada2


Teatro Tejnis - interior


Teatro Tejnis - interior2


"Contra la Democracia"

viernes, 17 de febrero de 2012

A GRANEL



Una de las costumbres que se han perdido en Madrid y que en Atenas persisten es la de comprar a granel. Muchas materias primas se pueden obtener al peso y salen bastante más económicas que en el supermercado. Además, en la mayoría de las ocasiones, de mejor calidad. Especias, harinas, aceitunas y curtidos, embutidos, quesos, pescados salados y legumbres son algunos de estos ejemplos.
Y el mejor lugar para hacerlo está en pleno centro, en la calle Athinas  donde se sitúa el mercado central de carne y pescado, la “Laiki Agora”. En la parte exterior de los dos recintos que acogen estos mercados existe una plaza llena de tiendas y puestos donde comprar a granel productos cuya procedencia suele aparecer escrita y cuya frescura se puede apreciar con la vista y el tacto. Es una forma de comprar típica griega y heredada de la época del imperio otomano. Toda una experiencia a la que yo animo a todo visitante que pase por Atenas.

Con la llegada del frío y la humedad invernales en la ciudad desde el mes de noviembre, me he convertido en una experta de la compra y elaboración de las legumbres. En años anteriores no habíamos tenido temperaturas tan bajas pero este invierno se está haciendo duro. Y como no hay mal que por bien no venga, he descubierto una variedad amplia de lentejas de todos los colores, judías, judiones, garbanzos, habas… Gran parte de éstas (las más exóticas) proceden de Turquía ya que en Grecia no existen determinadas variedades. Pero las mejores lentejas son de un pueblo de la isla de Lefcada donde todavía los campesinos las cultivan y recogen de un modo artesanal –y biológico por tanto, ya que está tan de moda últimamente- y su producción es tan limitada que se consume dentro del país. También en varias islas se cultivan y cocinan los garbanzos. Asimismo el plato nacional tradicional por excelencia lejos de ser el musakas (de origen árabe) o el pasticcio (de origen italiano) es la fasolada, esto es, la sopa de alubias.

Las formas de cocinar las legumbres en Grecia son muy variadas pero, como denominador común, tienen el uso de numerosas verduras y el uso de bastante líquido. Muy rara vez se cocinan con carne o pescado y se suelen comer acompañadas de queso feta o pescado en salazón tipo arenque.
A continuación os doy la receta de la fasolada que, con el frío que hace este invierno es un pato ideal dondequiera que nos encontremos.


FASOLADA (sopa de alubias)


INGREDIENTES para 4 raciones:

400gr. de judías blancas
1 cebolla
1 diente de ajo
1 zanahoria grande
2 ramitas de apio
1 puerro
4 tomates maduros
30 gr. de tomate concentrado
½ taza de aceite de oliva
1 cucharada sopera de perejil picado
Sal y pimienta

PROCEDIMIENTO


Dejamos las judías en remojo durante varias horas (desde la noche anterior)
Lavamos cuidadosamente todas las verduras y procedemos a cortarlas; Cortamos la zanahoria en rodajas gruesas. Escaldamos y pelamos los tomates. Después los cortamos en dados. Cortamos en rodajas finas el puerro y el ajo. Picamos el apio y la cebolla en juliana.
Ponemos a cocer las judías durante 30 minutos quitando la espuma poco a poco de la superficie de la cacerola.
Añadimos entonces la zanahoria. Después de aproximadamente 20min. se añade el apio, la cebolla, el tomate.
A continuación echamos el aceite de oliva y el tomate concentrado diluido en un vaso del caldo de la cacerola.
Sazonar con sal y pimienta y cocinar durante otra media hora aproximadamente.
Añadir la cucharada de perejil picado al final del todo, justo cuando apaguemos el fuego.

TIPS
Esta sopa nacional se sirve muy caliente, preferentemente en recipientes de barro y se acompaña de un buen pan de pueblo y queso feta.

Paseando por la "Laiki Agora"

En el Bazar!

Todo tipo de legumbres!

La famosa "fasolada"

Fasolada!

caliente y sana para los duros días del invierno....


sábado, 28 de enero de 2012

EL MEJOR YOGUR DE ATENAS PARA UN DÍA CON SOL



El domingo por la mañana me levanto y, tras varios días de lluvia y frío (porque eso de que en Atenas no hace frío es mentira), sale el sol. Ese sol maravillosamente potente del Ática que te llena de energía positiva y te hace olvidar por un momento todos tus problemas. Sabiendo que después de comer se acaba el sol, me visto y me echo a la calle. Los domingos mi barrio está bastante vacío. Apenas unos cuantos inmigrantes caminan por la calle y otros cuantos coches circulan hacia el corazón del centro: Síntagma y alrededores. Decido tomar  ese mismo rumbo y, en veinte minutos llego a Monastiráki. Si bien mi paseo comenzaba como un domingo tranquilo, al llegar a la plaza corroboro que  no soy la única que ha tenido la idea de salir a tomar el sol. Desde Monastiráki hasta Síntagma un montón de gente pasea, se sienta a tomar un café, mira escaparates (a pesar de que el comercio esté cerrado) Y es que, si bien la crisis puede no permitir a los griegos un gran nivel de consumo, pasear y atontarse mirando gente y la ciudad un soleado domingo sigue siendo gratis e impagable.

Me compro yo también un café capuccino para llevar y un kulúri (rosquillas de pan tiernas por dentro, un poco dulces y rebozadas con sésamo) y paseo mi aperitivo. Cuando me he llenado de desayuno y me he saturado de imágenes y ruido decido volver a casa. De repente me apetece subir por la calle Athinás y después Patissíon pasando por Omónia. Y no puedo dejar de pasar por Omónia sin comprar yogures frescos en uno de los mejores establecimientos del centro de la ciudad: Stáni. Situado en una de las más problemáticas plazas (mezcla de inmigración, ruido, pillos de todo tipo por el día y drogadicción por la noche), deleita al visitante con los mejores yogures de Atenas así como dulces y productos derivados de la leche.

 Grecia es conocida por todos por sus yogures. Y es que aquí la palabra yogur, como el café, cobra dimensiones impensables. Desde yogures “concentrados” y muy grasos pero deliciosos hasta el típico yogur español dispone de un gran abanico de yogures y lácteos de vaca, de oveja y de cabra. Últimamente he observado en un establecimiento cerca de mi casa (en  la Avenida Alexándras) hasta lácteos de búfala.

En Stáni  el mejor yogur es el de oveja seguido por el de vaca. Y no solo lo digo yo, que he probado ya muchos tipos y marcas, sino todas las revistas “gourmet” del país. Yogures frescos con una capa de grasa fantástica en la superficie que sabe a nata ligeramente ácida y que se comen sin necesidad de nada más; si acaso un buen trozo de pan de pueblo a modo de cena.

Entro, compro mis queridos yogures y vuelvo a casa. Para mí, la simple visita a Stani me alienta a pasar por Omónia ya que, no es tan peligroso como muchos griegos creen y muchas veces te encuentras con imágenes surrealistas como la del domingo: una fachada de un centro comercial cubierta por un gigantesco cartel que escribe “Grecia te quiero” sobre la bandera de la nación y la el nombre del que escribió tal sentencia debajo; un famoso poeta del país. Ánimo y espíritu patrióticos en tiempos de crisis. Afortunadamente el azul del cielo y el de la bandera del cartel gozaban de una armonía inigualable. Y como Omónia significa armonía… buena coincidencia.

Y para terminar con mi declaración de amor al yogur griego, escribo una receta a continuación que lleva dicho ingrediente y la puede hacer cualquiera fácilmente en casa. Yo la aprendí en una taberna que trabajé durante una temporada en las faldas de la Acrópolis y es una de mis ensaladas favoritas culinaria y estéticamente hablando.



ENSALADA DE REMOLACHA Y YOGUR:

INGREDIENTES:

400gr. de remolacha cocida

1 manzana mediana (de la variedad que más os guste)

1 puñado de nueces

Aceite de oliva, pimienta y sal

200gr. de yogur griego (del que también se encuentra en España y es muy denso y cremoso)

Unas hojas de lechuga para servir la mezcla de la ensalada.

PROCEDIMIENTO:

1.       Cortar la remolacha en dados así como la manzana (ésta rociada con zumo de limón para que no se oxide). Picar en pedacitos medianos las nueces y añadir a la manzana y la remolacha. Reservar.

2.       mezclar en un bol el yogur, una cucharada y media o dos de aceite de oliva, sal y pimienta.

3.       Mezclar esta salsa con la mezcla anterior y servir sobre un nido de hojas de lechuga picada  rociada con un poco de zumo de limón y sal.  

TIPS

A mí me gusta mucho con manzanas Granny Smith, verdes, porque tienen una acidez que combina a la perfección con la dulzura de la remolacha.

También si se desea se puede añadir a la salsa de yogur un poco de perejil picado o eneldo.

Es una ensalada completa, sana y refrescante que se puede hacer todo el año.


El Cartel de "Stáni" a la antigua!





El interior




Poema dulce I



El mejor yogur del mundo!




Poema dulce II



Escaparate de "Stáni" anunciando sus "Lucumádes"


 Plaza "Omónia": Grecia, te quiero!



viernes, 20 de enero de 2012

EL CAFÉ


Es un hecho que el café en Grecia es una institución. Por ello Atenas cuenta con numerosas tiendas de venta de café fresco de todos los tipos. ¿Y qué quiere a qué me refiero exactamente con eso?

A demás del café de cafetera italiana, de filtro y expreso –que son los que conocemos en España y se hacen a partir del mismo café- , los griegos guardan la tradición del café de puchero que es una tradición turca. Por otro lado, como en Atenas y en muchas partes del país en verano el calor es sofocante, existe una versión fría de cada café (freddo, frappe..). Así pues, se puede disfrutar del café “a la italiana”; capuccino, espresso, ristretto, etc. café americano, nes café en caliente o frío (frappé) y café griego que en realidad lo heredaron de los turcos.

Y como la hora del café es tan importante, larga y realmente puede ser cualquiera, existen muchos pequeños dulces que acompañan al mismo.

Todo esto se puede encontrar en una tienda de venta de café en Atenas. Y una de las más conocidas está en la calle Panepistimiou esquina con Patission, a la altura de la plaza de Omonia. Se llama “Lumidis” y pasar por delante y observar su escaparate es toda una experiencia olfativa y visual.

Quizá el café más desconocido actualmente en España es el griego junto a los dulces que lo acompañan. Explico: este café de puchero se hace a fuego lento y está listo cuando rompe el hervor y “sube” Por persona se calcula la cantidad de agua de una tacita pequeña de las de expreso de café y una cucharada colmada de café griego (un tipo especial sin refinar muy aromático y que deja posos al fondo de la taza) Es importante echar desde el principio la cantidad de azúcar que desee cada uno, porque cuando está listo no se remueve, sino que se deja reposar y se bebe. Lo normal (“metrio”) es una cucharadita. Sin azúcar se llama “sketo” y el dulce “glikó”. Así pues, indicaremos el grado que nos gusta para obtener el resultado esperado…

La otra cuestión es el dulce que lo acompaña. Hay dos: el “lukumi”, una especie de gominola de variados sabores, muy blanda con azúcar glass espolvoreado y el dulce de cuchara, “glikó tu kutaliú”.  En el escaparate de “Lumidis” se observan grandes recipientes con los dulces de cuchara coloridos y brillantes que se venden al peso. Se trata de una manera especial de confitar frutas y algunos vegetales en sirope y es fácil de hacer y muy sano porque no contiene grasa; tan solo fruta y azúcar.

Yo en mi casa siempre tengo de este tipo de dulces porque son perfectos, no solo para el café, sino para comer con yogur e incluso solos en los momentos que el organismo nos pide algo dulce. Además, como son bastante fuertes de sabor, con una pequeña cantidad estás satisfecho.

A continuación os mando una de las recetas que he fabricado varias veces y animo a probar:

DULCE DE MANZANA:

Ingredientes:

1 kilo de manzanitas pequeñas y dulces

1 kilo de azúcar

2 tazas de agua

Zumo de limón

5 clavos

1 rama de canela



Elaboración:

1.       Pelar, descorazonar las manzanas y rociarlas con zumo de limón para que no se oxiden. Reservar.

2.       Echar en una cacerola el agua junto al azúcar, la canela en rama y los clavos y poner a fuego medio para formar el sirope.

3.       Cuando el azúcar se haya disuelto en el agua y esté hirviendo, echar las manzanas y dejar a fuego medio hasta que reblandezcan las manzanas y el sirope esté en su punto. En función del tamaño y dureza de las manzanas el tiempo aproximado es de media a una hora. Yo lo hago con la cacerola destapada o semi tapada para que espese bien el sirope junto a la fruta.

4.       Retirar del fuego, quitar la canela y los clavos y verter en frascos de cristal con buen cierre de rosca. En cuanto se enfría está listo para el consumo.

Tips

En el sirope yo también añado la cáscara de un limón que da más aroma. La retiro junto al clavo y la canela.

En el frasco donde vacío mi dulce suelo echar frutos secos (almendras o nueces) que enriquecen el dulce. De esa forma, al a hora de servir la manzana añado media nuez al lado. Queda más bonito y más sabroso, pero no es necesario.

El único secreto de estos dulces es espesar mucho el sirope que es lo que nos garantiza su conservación fuera de la nevera durante meses. Así pues, si no espesa bien, volver a poner al fuego sin escatimar en tiempo. Asimismo, si queda excesivamente espeso, se puede añadir agua y volver a dar un hervor.

 Dulce de manzana servido!


Dulce de manzana 1


 

Dulce de manzana 2




Escaparate "Lumídis" - Café griego !